martes, 12 de diciembre de 2017

¿Es la historia del arte una ciencia?

¿Es la Historia del Arte una ciencia?
La Historia del Arte clasifica la información acerca del trabajo artístico de los hombres y sistematiza estos conocimientos organizándolos según los periodos históricos, regiones geográficas, aspectos sociales, técnicas artísticas y estilos así es que si tenemos en cuenta que se considera ciencia a un sistema organizado de conocimientos y los métodos requeridos para la obtención de los mismos entonces si podemos decir que la Historia del Arte es una ciencia aunque esta depende enormemente de otras disciplinas para conformar este sistema de clasificación y conservación de las obras que conforman el patrimonio artístico de las naciones.
La historia del Arte se ubica dentro de las ciencias sociales que son las que centran su estudio en la actividad del hombre como parte de un colectivo humano civilizado. El objeto de estas ciencias es conocer las causas y las consecuencias de los comportamientos humanos tanto desde una perspectiva individual como social y el resultado que emana de estos comportamientos en cuyo caso especifico de la historia del arte son los objetos artísticos dejados por el hombre en todo el amplio rango y diversidad en el que se agrupan y clasifican los mismos.
¿Cuándo comenzó el estudio de la Historia del Arte?

La historia del arte comenzó como disciplina académica al final del siglo XVIII con la creación de los primeros museos obteniendo un gran impulso en Europa al finalizar el siglo XIX con estudios serios hechos por autores cuyo trabajo pavimento el camino para los especialistas en arte del siglo XX pero el estudio de la historia del arte tiene precedentes que datan de la antigüedad.

Empíricamente y a lo largo de la historia ha habido diversas personas como filósofos, artistas, historiadores, figuras religiosas e inclusive Reyes y emperadores que han escrito sobre lo que observan en su entorno en relación al desarrollo del arte y la apreciación de las obras que la humanidad ha realizado. Ellos trataron de organizar de cierta forma una clasificación al mismo tiempo que diligentemente trataron de salvaguardar estas obras de arte. Un ejemplo lo tenemos en el escritor, arquitecto y pintor italiano Giorgio Vasari en la época del renacimiento y otros que contribuyeron a salvaguardar el patrimonio artístico y la valiosa información del contexto histórico en el que los artistas crearon sus obras.

También hay que mencionar que si aún existen muchas de estas obras es gracias al esfuerzo de individuos cuyas colecciones preservaron por amor al arte pero también porque vislumbraron el valor monetario como inversión económica. Los mecenas contribuyeron a crear financieramente las obras de arte sosteniendo económicamente a los artistas pero al mismo tiempo contribuyeron a que sus obras se preservaran en buenas condiciones físicas y aun en muchos casos con la información necesaria acerca de estas obras.
Hay muchísimos ejemplos de estos mecenas de las artes, pero mencionare algunos como por ejemplo Jean I de Berry en Francia gracias al cual hoy podemos disfrutar de codiciados manuscritos de la época, los cuales después de su muerte se conservaron en las colecciones del Príncipe de Orleans; amante del arte y coleccionista el mismo, en su palacio Chantilly, hoy museo, donde se conservan aproximadamente 800 pinturas, 2500 grabados y 3000 libros y manuscritos.
Hay otro importante mecenas el emperador Qianlong en China que fue un gran coleccionista y adquirió el mismo gran parte de las “Grandes colecciones” de China por cualquier medio necesario, reintegrando estos tesoros en la colección imperial a la que prodigaba sus esfuerzos y atención como curador, recopilando cuidadosamente pinturas raras y antigüedades, utilizo un equipo de asesores culturales que lo ayudaban. A veces, Qianlong presionó o incluso obligo a ricos cortesanos a darle objetos de arte de valor señalando fallas en su trabajo, las que podrían ser disculpadas si hicieran un cierto “regalo”, o persuadiendo a los orgullosos propietarios de esas piezas que sólo las paredes de la “ciudad prohibida” y sus guardianes ofrecerían la seguridad y protección contra robo o incendio. Estas tácticas no son exclusivas de Qianlong puesto que muchos reyes y personalidades adineradas a lo largo de la historia de la humanidad acumularon gran cantidad de obras de arte comprándolas o por otros métodos no tan claros o legítimos.
Las catedrales y las iglesias como los dueños de muchas obras de arte importantes habían logrado mantenerlos de ser saqueados o destruidos, tanto como les fue posible gracias a lo cual hoy se pueden aun apreciar importantes manuscritos y parafernalia eclesiástica que datan de los periodos Bizantinos, Románico, Gótico y Renacentista. Otros cultos religiosos como el budismo han logrado preservar las importantes obras de arte a pesar de las guerras, invasión y enjuiciamiento de sus creencias religiosas, como lo hicieron con la asombrosa colección que monjes budistas guardaron escondida en el desierto de Gobi y se descubrió luego de un milenio en el anonimato.
Sin embargo cabe señalar que la historia del arte no consiguió tener la misma relevancia, desde el punto de vista geográfico o social en todos los países al unísono desde su formación, principalmente debido a razones sociales, históricas y políticas. El apogeo del estudio de la Historia del Arte comenzó en Europa y luego en los últimos 60 años también en Estados Unidos, no siendo hasta mediados del siglo XX que este interés en el estudio del arte se extensión a América Latina.
Otras regiones como Asia, África y Australia relativamente reciente en términos históricos se han incorporado también al estudio y desarrollo del arte en sus regiones con el respaldo de instituciones como la UNESCO. Estas naciones que están aun en los albores en su empeño por implementar la historia del arte como guía científica están acometiendo esta tarea basado en la compilación de la valiosa información que se ha venido reuniendo y desarrollando en las naciones que primariamente promocionaron esta importante tarea de clasificación. Basado en la documentación científica de la historia del arte se orienta eficazmente este trabajo pero también basado en los propios objetos de arte que han quedado para la posteridad.
El cumulo de conocimientos que se especifican en estas clasificaciones del arte por periodos históricos, tendencias y estilos artísticos así como las técnicas en que se elaboran las mismas no constituyen por el hecho de ser académicas una promulgación de clasificaciones asentadas y concluidas ya que constantemente gracias a los estudios multidisciplinarios y las modernas técnicas científicas son objeto constante de cambio, ajustes, re-especificaciones y adiciones.
La era de la tecnología digital ha ayudado a llevar estos conocimientos a todas las naciones y las grandes masas creando nuevas categorías en estos estudios como el papel de la mujer en el arte, el arte vernáculo y otras tantas las que seguirán incorporándose según se considere necesario. Desde su creación los museos y galerías de arte que heredaron estas colecciones de una forma u otra desarrollan una labor que ha sido de invaluable ayuda para el estudio, clasificación y conservación del arte en toda la extensión y rango que este conlleva.

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